miércoles, 19 de junio de 2013

Algunos detalles



Algunos detalles

Con la investigación sí hay futuro, reza el nuevo lema, y nos plantan no un cartel, sino directamente la foto de unos chicos jóvenes, a la mitad de los cuales tengo la suerte de conocer. Les contaré algunos detalles sobre ellos:
La mayoría tiene cursadas un par de carreras: Teleco y Forestales, Comunicación Audiovisual y Teleco, Optometría y Teleco, más un Máster; hay uno que está a punto de terminar Física, y ya es arquitecto, y ha cursado el Máster en Ingeniería Acústica, y el tío tiene 27 años; un par de ellos son premio final de carrera (sí, como los que no le dieron la mano al ministro); tres han ganado el Premio Andrés Lara, que se otorga a los mejores investigadores jóvenes de toda España en el campo de la acústica y los ultrasonidos; otro acaba de ganar el premio al mejor trabajo investigador entre los estudiantes del congreso internacional Phononics 2013; el trabajo de otro fue seleccionado finalista en el ISTU, congreso de referencia mundial en el campo de la medicina ultrasónica de terapia; una de la chicas ha trabajado en la sección de diseño y desarrollo de transductores ultrasónicos en una empresa escocesa durante dos años, y ha regresado para trabajar en el ámbito de la acústica submarina; a uno le concedieron una beca de cuatro meses y con el dinero de los dos primeros sueldos va y se compra un ordenador ¡para trabajar! Y me dice con una sonrisa en los labios: es una inversión. Los mayores ya participan en la formación de los más jóvenes, dirigen trabajos final de carrera y de Máster, imparten charlas y prácticas en las diferentes titulaciones, dirigen proyectos de investigación, realizan el trabajo duro en el laboratorio, participan en convenios con empresas y cuando vienen a las reuniones de equipo, si te descuidas, saben más que tú.
El futuro de estos chicos me preocupa, aunque el señor Toharia tenga razón y en EEUU se estén frotando las manos y les tengan la alfombra y el talonario preparados, pero, aún así, me preocupa. No porque vayan a tener que emigrar (unos nos están pidiendo las cartas de recomendación, otros tienen la maleta preparada, otros ya se fueron), que también, pues emigrar por obligación siempre es doloroso, me preocupa principalmente por nosotros, por los que nos vamos a quedar aquí sin ese tipo de gente, los mejores en lo suyo, gente seria, comprometida, trabajadora, eficiente, responsable, con iniciativa y con los pies en el suelo. Desde un punto de vista egoísta pienso, si no están aquí, en Gandia, estarán haciendo las cosas bien en otro lado, participando en el desarrollo industrial y científico de otras regiones, y no de las nuestras, y dejar que eso suceda, se mire por donde se mire, parece una tremenda equivocación.
Así que tal vez no debiéramos preguntarnos qué va a ser de nuestros jóvenes investigadores, sino qué tipo de sociedad tendremos cuando ellos se hayan ido.
 

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