Monstruos perfectos
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Como sucede siempre en las mujeres totalmente atractivas, su solo defecto, el labio demasiado corto y la boca entreabierta, parecía ser la belleza que la caracterizaba.
Como sucede siempre en las mujeres totalmente atractivas, su solo defecto, el labio demasiado corto y la boca entreabierta, parecía ser la belleza que la caracterizaba.
-¿Puede usted aburrirse?
-Y ¿por qué no?
Kiti adivinó que Anna sabía de antemano lo que ella iba a contestar:
-Porque siempre es usted la más hermosa.
Cuando se habló de mesas que daban vueltas y de espíritus que daban golpes en los muebles, la condesa, que creía en el espiritismo, contó los prodigios que había presenciado.-Quiero ver eso, condesa –manifestó Vronski, sonriendo-. Ando buscando lo extraordinario y nunca lo encuentro.-Tenemos una sesión el sábado que viene –anunció la condesa-. Y usted, Konstantin Dmítrich, ¿cree en el espiritismo?-¿Por qué me lo pregunta? Ya sabe lo que voy a contestar.-Quisiera conocer su opinión.-Pues mi opinión es que esas mesas que dan vueltas demuestran sencillamente que nuestra pretendida buena sociedad es tan ignorante y supersticiosa como nuestros aldeanos. Ellos creen en el mal de ojo, en brujerías y hechizos. Nosotros…-¿Usted no cree en eso?-No puedo creer, condesa.-Le digo que lo han visto estos ojos.-Las aldeanas le dirán que ven fantasmas.-Entonces supone que no digo la verdad –insinuó la condesa, con risa fingida.-No, Masha –dijo entonces Kiti, ruborizándose por Levin-. Konstantin Dmítrich quiere decir que no cree en el espiritismo.Levin se dio cuenta del estado de ánimo de Kiti, e iba a dar un réplica más áspera cuando Vronski, sonriente, impidió que se enconara la conversación.-¿No admite usted la posibilidad? –preguntó el oficial-. ¿Por qué no? Admitimos la existencia de la electricidad, a pesar de no conocer su naturaleza. ¿Por qué no ha de haber una fuerza desconocida todavía que…?-Cuando se descubrió la electricidad –atajó Lievin-, sólo se vio un fenómeno sin conocer la causa ni los efectos del mismo, y pasaron siglos sin que se pensara en emplearla. Los espiritistas, por el contrario, han empezado por hacer que las mesas escriban y por evocar los espíritus, y sólo mucho tiempo después han afirmado que existe una fuerza desconocida.Vronski escuchaba con su habitual atención, y parecía que le interesaba mucho lo que exponía Lievin.-Pero los espiritistas –prosiguió éste- dicen: “No sabemos aún lo que es esa fuerza, pero se ha demostrado que existe y obra en tales y cuales circunstancias. Los sabios son los que han de descubrir en qué consiste. ¡y por qué no ha de existir una fuerza nueva, puesto que…?-Porque siempre que se frota un trozo de ámbar con un paño de lana se verifica un fenómeno previsto, y, por el contrario, los fenómenos espiritistas no siempre se producen, y por lo tanto, no pueden ser atribuidos a una fuerza de la Naturaleza.
Todas las familias felices se parecen, pero las desgraciadas lo son cada una a su manera.