martes, 15 de septiembre de 2015

MP 199


Monstruos perfectos
-199-
Como sucede siempre en las mujeres totalmente atractivas, su solo defecto, el labio demasiado corto y la boca entreabierta, parecía ser la belleza que la caracterizaba.
Guerra y paz, 1869. León Tolstói.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Algo más



Algo más


A esto es a lo que me refería cuando dije que pedía algo más a un libro que simple información cinemática:

El auto entró en el sendero donde aparcaban, lo perdí de vista, pero escuché cómo el motor se apagaba y el eco de sus últimos sonidos se fundía con el anochecer.

Imaginad que la frase fuese:

El auto entró en el sendero donde aparcaban y lo perdí de vista.

Lo que hace el auto es necesario para la historia, necesita saberse para que siga adelante. De acuerdo. Pero ese sonido, ese último estertor del motor apagándose y dando paso al anochecer es lo realmente importante, porque proporciona al lector una información a nivel de personaje. Te dice en qué se está fijando el personaje-narrador, y por tanto, qué tipo de sensibilidad posee. Es un tipo que se fijaría en el efecto sonoro de un motor una noche, mientras espera que suceda algo. Eso le marca. Y esa es la sensibilidad que puede empatizar con los sentidos del lector.

Pero aún más. Tal vez vaya a haber un asesinato o una violación dentro de un par de páginas (aún no lo sé porque me he detenido para escribir estas líneas), por eso la información acústica que proporciona el narrador es fundamental. No hay miedo sin un ruido que rompa el silencio. Y con ese último estertor mortecino acaban de dejarnos a oscuras, y en silencio… 

A partir de aquí ya todo puede pasar.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

MP 198


Monstruos perfectos
-198-
El amor puede que no lo sea todo, pero ninguno de los dos consideró esa posibilidad hasta después de haberse casado.
Cold Spring Halbor, 1986. Richard Yates.

lunes, 7 de septiembre de 2015

MP 197


Monstruos perfectos
-197-
Precisamente por entonces se hallaban las mentes orientadas hacia lo sobrenatural, pues hacía poco tiempo que a todos intrigaban los experimentos sobre los efectos del magnetismo.
La nariz, 1836Nikolái Gógol.

viernes, 4 de septiembre de 2015

MP 196


Monstruos perfectos
-196-
Yo andaba detrás de una bailarina de diecisiete años que hacía la danza del vientre y que siempre iba acompañada de un chico que decía ser su hermano, pero no era su hermano, era solo alguien que estaba enamorado de ella y a quien ella permitía que anduviera por ahí porque así es la vida.
Hijo de Jesús, 1992Denis Johnson.