Monstruos perfectos
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No reconocía otro obstáculo para un cambio milagroso que no fuera la incredulidad de los demás.
Vida de este chico. 1989. Tobias Wolff.
No reconocía otro obstáculo para un cambio milagroso que no fuera la incredulidad de los demás.
Mi madre no esperaba encontrar a la gente aburrida o mezquina; daba por supuesto que serían agradables e interesantes, y ellos notaban esta seguridad y en general se mostraban a la altura de lo que se esperaba de ellos.
El poder sólo puede disfrutarse cuando es reconocido y temido. La ausencia de terror en quienes no tienen poder es exasperante para quienes lo tienen.
Mary iba con mucho cuidado. Antes de dar una clase la escribía entera, utilizando los argumentos, y a menudo las palabras, de autores aceptados, no fuera a ser que por casualidad dijera algo escandaloso. Sus propias ideas se las guardaba para sí, y las palabras adecuadas para expresarlas se debilitaron con el paso del tiempo; sin desaparecer por completo se encogieron hasta convertirse en puntos remotos y nerviosos, como pájaros que se alejan.
Brooke decidió no contarle a su mujer lo que había hecho. En el pasado ella sabía todo lo que se relacionaba con él y a Brooke le complacía ser el hombre que ella pensaba que era. Ahora era diferente de lo que ella creía y siendo sincero le haría daño. Brooke consideraba que no tenía derecho a herirla. Tendría que fingir que todo era como siempre. Se lo debía. Le parecía una hipocresía, pero no veía mejor forma de resolver el asunto.