Monstruos perfectos
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Tanta energía gastada para captar y servir caliente, al otro día, con el café, esta cosa ficticia, de la que incurrimos en la equivocación de no cansarnos nunca: noticias.
Nueva York. 1929. Paul Morand.
Tanta energía gastada para captar y servir caliente, al otro día, con el café, esta cosa ficticia, de la que incurrimos en la equivocación de no cansarnos nunca: noticias.
¡Los rascacielos! Los hay femeninos y masculinos; unos parecen templos del Sol, otros recuerdan la pirámide azteca de la Luna.