martes, 23 de septiembre de 2014

Chico malo en clase, profesor Walter


Chico malo en clase, profesor Walter

A todo docente le ha pasado alguna vez que un alumno interfiera en el normal discurrir de la clase. Que moleste a sus compañeros y al profesor, y no solo eso, que provoque de forma voluntaria un enfrentamiento con quien se supone que es la autoridad en el aula.

Exactamente eso es lo que le sucede a Walter en el primer capítulo de Breaking Bad. Un alumno habla en voz alta y molesta. Walter le llama la atención y le pide que regrese a su sitio. El alumno se levanta con desgana y, mirándole provocativamente, acata la orden, pero arrastrando ruidosamente la silla por toda la clase.

¿Qué debería hacer un profesor ante una falta de respeto directa, ante una provocación que pretende dejarle en evidencia delante de los demás alumnos?

Muchas opiniones habrá al respecto.Unos defenderán que hay que castigar al alumno, reprenderle con fuerza, no solo para dejar bien claro que su comportamiento es intolerable, también para dar ejemplo a los otros chicos.

Otros opinarán que el profesor ni siquiera debería de haber permitido que el alumno le provocase, ante una actitud molesta, un castigo ejemplar. No vuelvas a tu sitio, sino largo, fuera de clase.

Algunos habrá incluso que piensen que habría que dejar tranquilo al chico, que hable, que no hay que ser tan estrictos. Que la respuesta del alumno no es más que una defensa al ataque que recibe por parte del profesor.

Yo opino que Walter toma la decisión más adecuada. Llama la atención del alumno y le pide que regrese a su sitio. No le castiga, no le saca de clase, le pide que vuelva a su sitio, que asuma su responsabilidad como alumno, que es atender y tratar de aprender. Y por último, tal vez por cansancio, no responde a la provocación del alumno al arrastrar la silla por toda la clase, sino que espera a que termine para continuar.

Habrá quien diga que Walter no le está educando, que tal vez quiera que aprenda química pero que no le está inculcando valores como el respeto por los demás o la responsabilidad. No lo creo. Walter consigue su objetivo, que es, por encima de todo, enseñar química. Su obligación no es educar, sino enseñar, para educar hace falta mucho más que cuatro horas semanales de clase. Y aun así consigue educarle, transmitirle valores. ¿Cómo? Tratándole con respeto. Walter no le falta el respeto al alumno en ningún momento, ni siquiera cuando el alumno le provoca, y eso es educar de la mejor forma posible, con el ejemplo, y no solo al díscolo estudiante, sino a toda la clase. Por ende, el respeto de Walter se extiende desde sus alumnos hacia la materia que imparte, lo que no es más que educar, nuevamente.

Enseñar y educar. Caballos gigantescos que requieren de jinetes colosales. Y ahí tenemos a Walter, como miles de profesores, cabalgando en terreno árido sobre su caballo cargado de respeto y cansancio.


lunes, 22 de septiembre de 2014

MP 185


Monstruos perfectos
-185-
Después de muchos años estudiando el tema, Mikael estaba convencido de que no existía un solo director de banco o empresario célebre que no fuera también un sinvergüenza.
Los hombres que no amaban a las mujeres, 2005. Stieg Larsson.

domingo, 21 de septiembre de 2014

MP 184


Monstruos perfectos
-184-
Que le disparases a Jesse James no te convierte en Jesse James.
Breaking Bad, 2010Vince Gilligan.

lunes, 8 de septiembre de 2014

MP 183


Monstruos perfectos
-183-
Volvió a ser el hijo de la huerta, altivo, enérgico e intratable cuando cree que le asiste la razón.
La barraca. 1898. Vicente Blasco Ibáñez.