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sábado, 2 de noviembre de 2013

MP 130



Monstruos perfectos
-130-
Yo era el único tío de la reunión, y había siete chicas, seis de ellas bailando entre sí. Era estupendo echar un vistazo al cuarto de estar.
Vitaminas. Catedral, 1983. Raymond Carver.

viernes, 12 de abril de 2013

MP 61



Monstruos perfectos
-61-
Estaba sin trabajo. Pero esperaba recibir noticias del norte de un momento a otro.
Recolectores. ¿Quieres hacer el favor de callarte?, 1976. Raymond Carver.

lunes, 4 de marzo de 2013

¿Quieres hacer el favor de hablar de cuando hablamos de catedrales?


¿Quieres hacer el favor de hablar de cuando hablamos de catedrales?


Releo Catedral y me sorprendo redescubriendo la grandeza de Carver, quedándome de nuevo atrapado entre las frases áridas de sus relatos secos como páramos, comprobando cómo se me instala en la mente una sospecha, la de que hay mucho más de lo que me están contando, o la de que en realidad lo que me están contando no es lo más importante, no es de lo que va el cuento. Hay escritores que inventan una nueva manera de escribir y se quedan tan anchos. Carver es uno de ellos. Con indudables influencias como su idolatrado Chéjov, el mismo Salinger, y hasta su entrometido editor, Gordon Lish, fue capaz de dar un paso más en la evolución de la narrativa del siglo XX y proponer, dentro de eso que se dio en llamar Realismo Sucio (que no deja de ser una temática o un enfoque), esa escritura de la elipsis y de la puerta trasera.

Si tal y como explica Vargas Llosa en los encuentros con maestros “una historia bien escrita debe de ser persuasiva”, es decir, debe convencer al lector de que lo que lee es la realidad, Carver, que escribe cuentos, que no cuenta con la posibilidad de hacer largas descripciones, detallados análisis psicológicos, extensas escenas de acción, mostrar la evolución de un personaje, nos demuestra que en la literatura, como en el sexo, tan poderoso es a veces sugerir como mostrar.

Escribió tres libros de relatos de peso: ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, De qué hablamos cuando hablamos de amor y Catedral. Ponerle este último título a un libro y no resultar pretencioso lo dice todo.


Mi matrimonio se acababa de venir abajo. Yo no encontraba trabajo. Tenía otra chica. Pero estaba fuera de la ciudad. Total que estaba en un bar tomándome una cerveza, y había dos mujeres sentadas unos taburetes más allá, y una de ellas empezó a hablarme.
-¿Tienes coche?
-Sí, pero no lo he traído -dije.
El coche lo tenía mi mujer. Yo estaba viviendo con mis padres. A veces les cogía el coche. Pero aquella noche había salido a pie.La otra mujer me miró. Tenían las dos unos cuarenta años, quizá más. La primera le dijo a la segunda:
-¿Qué le has preguntado?
-Que si tenía coche.
-¿Así que tienes coche? -me dijo la segunda mujer.
-Se lo estaba explicando. Tengo coche. Pero no lo he traído -dije.
La primera mujer rió.
-Hemos tenido una idea genial y necesitamos un coche para ponerla en práctica. 
-Qué pena. -Se volvió al camarero y le pidió otras dos cervezas.
Yo había estado haciendo durar la mía, pero ahora me bebí de un trago lo que quedaba pensando que a lo mejor me invitaban a otra.  Pero no.

Escuela nocturna.
¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, 1976. Raymond Carver.

jueves, 13 de diciembre de 2012

MP 4


Monstruos perfectos
-4-
Tras mucho discutir -lo que su mujer, Inez, llamaba considerar la situación-, Lloyd se marchó de casa y se fue a vivir solo.

Cuidado. Catedral, 1983. Raymond Carver.