Monstruos perfectos
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No hay nada menos apetecible que tener que estar continuamente diciéndoles a los alumnos lo que uno sabe o lo que uno piensa. Hay muchas situaciones en las que es preferible quedarse callado para que puedan discutir y reflexionar por su cuenta.
El artista del mundo flotante, 1989. Kazuo Ishiguro.
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