Monstruos perfectos
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La vida desprecia el conocimiento; le obliga a esperar sentado en la antesala, a esperar fuera. Pasión, energía, mentiras: eso es lo que la vida admira.
La vida desprecia el conocimiento; le obliga a esperar sentado en la antesala, a esperar fuera. Pasión, energía, mentiras: eso es lo que la vida admira.
Tela serigrafiada. Koldo Mitxelena |
Como muchos hombres que consideraban su éxito incompleto, era extraordinariamente vanidoso y estaba consumido por su propia importancia. Cada diez o quince minutos se sacaba un gran reloj de oro del bolsillo del chaleco y se asentía a sí mismo.
-No me preocupa absolutamente nada, y no necesito ninguna ayuda -dijo Catherine, mintiendo redondamente, y demostrando con ello que no sólo nuestras faltas, sino también nuestros infortunios más involuntarios tienden a corromper nuestra moral.
La humanidad se toma demasiado en serio. Es el pecado original del mundo. Si los cavernícolas hubieran sabido reír, la historia habría sido distinta.
Edificio de la colaboración ATLAS del LHC |
Su carencia de medios, de profesión, de recursos o perspectivas visibles, le sitúa a usted en una categoría dentro de la cual sería imprudente por mi parte elegir un marido para mi hija, que es una mujer joven y débil con una gran fortuna. Desde cualquier otro punto de vista estoy perfectamente dispuesto a apreciarle. Como yerno, le detesto.
I'd prefer you were straight forward.
You don't have to go through all of that.
I'm a New York City man, baby
say "go" and that is that.
Yo no fui siempre un tipo con el alma entre los cojones. Durante bastantes años ni siquiera decía palabrotas, y hasta utilicé durante otros muchos un vocabulario abundante y selecto. Ahora he decidido que la vida no merece arriba de quinientas palabras y que las más apropiadas son palabrotas, pero no es que nunca haya pasado de aquí, sino que he llegado aquí.
Daremos la espalda a la esperanza y volveremos la mirada al suelo, donde podremos hurgar en interminables huertas cubiertas de compost apestoso, sobre las que el pan se ganará, apretando las azadas y apartando las moscas, como se hacía antes de que comenzaran a apilarse las mentiras y las hipotecas.
Nosotros, tú y yo, también nos miramos a los ojos, varias veces, y eso nos situó entre el anonimato y el orgasmo; la intimidad del alma por la cópula de la mirada.