Monstruos perfectos
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Adonde quiera que fueras la gente hablaba del reclutamiento. Bien. Podías librarte por trescientos dólares, pero ¿quién tenía trescientos dólares? Para nosotros como si hubiesen sido tres millones. En cuanto a los reclutadores, les tenían demasiado miedo a las bandas como para perseguirnos. Además, nunca imaginamos que la guerra pudiera llegar jamás a Nueva York.
Gangs of New York, 2002. Martin Scorsese.
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