Un año en Tiemann Pl.
Un año hace ya que se abrieron las puertas de
este almanaque. Momentos de ilusión e incertidumbre, como sucede siempre que
uno ataca los principios de una aventura nueva sin saber muy bien sobre qué
suelo está pisando. Comenzábamos echando unas canastas con Harry Conejo, un
veinteañero estadounidense, y hemos acabado en una playa tailandesa con
Richard, un adolescente inglés. Por el camino tierras europeas y americanas,
fundamentalmente, períodos históricos no muy lejanos, siglos XIX y XX,
historias de gente graciosa, o entrañable, o deprimida, o adúltera, mujeres
desarraigadas, tipos que emigraron y no olvidaron a sus hijos pero vivían como
si los hubiesen olvidado, chavales valientes que se saltaron las leyes, mujeres
encantadoras capaces de torcer voluntades que gobiernan corporaciones, hombres
que matarían por proteger a sus hijos, o por un pedazo de pan que llevarse a la
boca, o por restablecer una dignidad ultrajada. En fin, lo de todos los días.
Algunas
de estas historias han pasado desapercibidas, otras, por alguna razón
desconocida, prendieron como la pólvora. Por aquello de que se acerca el fin de
año y apetece recapitular, les muestro aquí
la lista de las cinco menos atendidas. Mañana, o pasado, las cinco que más lo
fueron.
Un saludo y gracias por la compañía.
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