¿Qué es la química, profesor Walter?
Comienzo a ver Breaking Bad y en un par de capítulos descubro al protagonista
perfecto. El hombre anodino, acomplejado, el profesorcillo de tres al cuarto
que no tiene nada que decir en las conversaciones de hombres cuando salen a
fumar en las fiestas, de pronto catapultado a la arena del circo, espada y
escudo y ale, a batirse ahí con las fieras. Esos son lo héroes que me gustan,
el Jean Valjean de Los miserables, el
informático apocado de Las colinas tienen
ojos, el William Wallace de Braveheart,
tipos que estaban ahí de paso, que no querían molestar, hombrecillos que no buscaban
bronca, pero a los que la bronca les va a ir a hurgar en los cojones.
Pese a sus
reticencias al protagonismo, la personalidad de este tipo de personajes va
mostrando sus aristas a medida que se enfrentan a los problemas. Poco a poco
toman peso, seguridad, van sacando lo mejor de sí mismos y uno descubre un pozo
mucho mas profundo de lo que esperaba.
De entre todas las aristas de Walter White
elijo, por ahora, la de profesor de química. Walter será muchas cosas y
seguramente a los guionistas de la serie lo que menos les importe es cómo se
las apaña como profesor de instituto, para ellos es una forma más de introducir
matices en el personaje, pero el tema me cae cercano, y me hace gracia, porque
lo cierto es que posee unas buenas habilidades docentes.
Exploremos pues ese
lado del poliédrico profesor Walter.
En el capítulo uno aparece ante una clase
de adolescentes en una escena corta pero muy descriptiva.
Comienza explicando
qué es la química. La define: Es la ciencia que estudia la materia. Los alumnos
no parecen muy interesados. Después da su opinión personal sobre lo que es la
química, completa la definición: Es la ciencia del cambio. Eso es lo
importante, cómo cambian las cosas y cómo el cambio lo significa todo. El propio ciclo de la vida. Los ojos le brillan, se nota que ama la química, que
le fascina lo que está contando. Los alumnos, sin embargo, siguen cabizbajos y
bostezando. A continuación aporta un ejemplo práctico, enciende un mechero y pulveriza
sustancias químicas que producen sendas llamas de colores. Acaba de
ejemplarizar con un experimento lo que ha querido decir con sus palabras. Y
mientras lo hace, sigue reforzando la idea del cambio, cómo los elementos se combinan para transformarse en esos colores tan vivos que han conseguido
hacer levantar la cabeza a algunos de los chicos. La escena termina con una
sonrisa espléndida de Walter, mientras dice: “Es realmente fascinante”.
Algunas
cosas que hacen de Walter White un buen profesor son:
1. Es ortodoxo, pero como experto
en la materia expresa su opinión y valora la importancia de las diferentes
premisas. Así lo demuestra al definir la asignatura, se cierne a la doctrina:
es la ciencia de la materia y el cambio, pero emite una opinión sobre esa
definición, una opinión basada en su propio conocimiento y experiencia en el
tema.
2. Es un entusiasta de la materia que imparte. No hay más que observarle
hablar de ella, el respeto y la admiración que le tiene.
3. Domina la materia.
Prueba de ello es la exactitud con que describe los procesos químicos que se
están dando mientras realiza el experimento con el fuego: niveles energéticos, enlaces moleculares etc...
4. Utiliza ejemplos
prácticos y vistosos.
Todo eso en apenas cincuenta segundos merced a los estupendos
guionistas de la serie. Seguiremos viéndola, aunque no será solo por aprender
química.
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