Monstruos perfectos
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La recompensa era ciertamente alta; pero sólo se obtendría acertando el justo medio entre la precipitación y la cautela. Estaría muy bien dar un salto y confiar en la Providencia; la Providencia estaba muy especialmente del lado de la gente inteligente, y la gente inteligente tenía justa fama por su escasa disposición a jugarse el físico.
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