martes, 15 de octubre de 2013

Los personajes


Los personajes

A veces los personajes se te escapan de las manos y da un gusto que no veas, porque entonces la narración va fluida, y, además, luego habrá que recortar y engalanar poco, y mejor así porque si no lo estropeas, echas a perder lo que les sale de dentro y quién te crees tú que eres para decirles cómo deben de ser. Otras veces, simplemente van por donde les indicas, al fin y al cabo, tienen que llegar a algún sitio, tienen que vivir situaciones relevantes, una novela no es la dichosa semana laboral. Así que, como hay mucho recorrido en las doscientas o trescientas páginas que tienes entre manos, de tanto en tanto te pasa una de cada. Ahora, recién leída ya por nosécuantagésima vez tras un periodo de barbecho, cuando es que ya les ves como parientes y, sinceramente, pasas más horas con esos tres tipejos que con tu familia, cuando crees que les conoces hasta los vicios más íntimos, resulta que no tienes muy claro lo que haría uno de ellos en una determinada situación. Y te preguntas: ¿cómo puedo, a estas alturas, estar así? Tu personaje paralizado, bloqueado, le llaman y le piden algo y él ¿qué hará? Te metes en su cabeza, te conviertes en él, piensas en lo que le pasó hace poco, en el capítulo anterior, por ejemplo, piensas en lo que ha vivido, en sus anhelos, en por lo que está pasando… ¿Qué hará? Y luego piensas en lo que te vendría bien que hiciese, en lo que tendría más gancho… Y luego piensas en lo que daría más cuerpo a la historia, la haría más creíble, más real… Y luego piensas en lo que daría más peso a los personajes, nos mostraría más de ellos… Y luego piensas de nuevo en cómo es ese tipo y qué es lo que haría si estuviese vivo y toda esta historia estuviese ocurriendo de verdad y ¿qué demonios hará? Y luego piensas en que lo que pasa es que tal vez sea como alguno de tus amigos, que te puede salir por cualquier lado, que es imprevisible, y que por eso da lo mismo que haga una cosa u otra, porque es que él es así, y te quedas un poco más tranquilo porque decida lo que decida hacer no va a afectar demasiado a la historia. Luego respiras profundamente, te centras el teclado, colocas las yemas de los dedos sobre las membranas impresas y te dices, vale, pero… ¿qué demonios voy a hacer que haga?

No hay comentarios:

Publicar un comentario