¡Ay!, el amor
Creo que no hay en
literatura nada más difícil que, en una historia de amor, contar el proceso de
enamoramiento. Lo que tan intenso se vive desde dentro, lo que te arrastra a
los instintos más básicos y te ciega y vapulea como si sobre una montaña rusa estuvieses
montado, visto desde fuera es una cosa ñoña y de lo más aburrida. Ni siquiera
cuando ese enamoramiento implica un pequeño drama familiar, como es el caso en
el que el enamoramiento es furtivo, extramatrimonial, tiene el menor interés.
Está esa serie: The affair. Se conocen y tal. Vemos la tensión de los primeros
momentos, cuando lo que tira es la carne. Y luego se van a una isla turística
tipo Ibiza y a él se le cae el café en la camisa y tienen que ir a comprarse
una camisa nueva y se pegan un morreo en el probador y luego se van a alquilarse
una habitación de hotel para echar un polvo tranquilos y ufff… ¡Qué pereza!
Mira si es que hasta los guionistas de la serie se han aburrido y han decidido
introducir una historia de drogas y un asesinato. ¡Que eso sí que es fácil de
llevar! ¡Que eso siempre anima al personal!
El problema es que la serie se titula
The affair, así que uno esperaría que le hablasen de amor, y no de guerra. Un
toro demasiado bravo, me temo.
No he leído ninguna buena historia de
enamoramiento. Tal vez ustedes me puedan ayudar a encontrarla: ¿Anna Karenina?,
¿algo de Corin Tellado?, ¿La plaça del Diamant? No creo. En las historias
siempre hay amor porque forma parte de la vida, pero el amor no es literario si
no se le adereza con desazón, remordimientos, odio, asco (estoy pensando en
Madame Bovary) o, directamente, asesinatos o suicidios.
¿Qué se le va a hacer?
Hay cosas que solo son divertidas cuando uno las vive en sus propias carnes